
En este articulo no vengo a hablar de política, aunque me voy a referir a un comentario que vi hace muchos días por el Facebook sobre un asunto político que paso en Venezuela recientemente. A Juan Guaidó le regalaron una estatuilla de su persona cargando la bandera de Venezuela, Guaidó estaba en Barcelona – Venezuela (23-marzo-19) hablando en una tarima cuando los representantes de una familia de Barcelona se acercaron a la tarima para hacerle el obsequio. Guaidó agradeció el gesto, pero dejo un mensaje claro que me impactó, la verdad que no lo esperaba, y me alegró mucho, que éste hombre esta hablando a la conciencia del venezolano, sus palabras fueron las siguientes:
“Les voy a confesar, a mi no me gusta mucho el personalismo, está muy bella y les agradezco mucho, pero luego vamos a hacer símbolos institucionales: nuestra bandera, el parlamento. Aquí no es una sola persona, somos todos juntos.”
Sobre este obsequio Guaidó declaro que el “pueblo debe entender que no se debe fomentar el personalismo, sino la recuperación de los símbolos patrios”.
Cuando leí eso fue como si alguien hubiese puesto su dedo señalando uno de los problemas de base que tenemos los venezolanos y muchisimos otros latinoamericanos, uno de esos paradigmas mentales que nos llevo a donde estamos ahora… “la adoración a los líderes”.
Uso la palabra adoración, porque ésta tiene un significado que se adecua a nuestra situación actual. Adoración se define de acuerdo con Wikipedia como “el culto que se le rinde a la persona o cosa que se considera divina. Amor o cariño profundo. Si el objeto de la adoración es un ser humano o un bien material, los religiosos la llaman idolatría.”
Venezuela, mejor dicho, los venezolanos somos una “melcocha” de varias culturas y credos que se han mezclado a través del tiempo, los indígenas, los africanos, los españoles, otros europeos, así como un buen número de judíos e incluso árabes entre otros.
Una consecuencia de esta mezcla de culturas y creencias es la “melcocha” religiosa que tenemos, y digo “melcocha” porque nuestros ciudadanos se consideran cristianos, como un 80-90%, pero al mismo tiempo tienen practicas idolatras, tenemos un “santo” por cada estado y hasta tenemos “patrona” y junto a eso visitamos a los brujos, nos echamos las cartas, vamos con los santeros y uno que otro tiene un tatarabuelo que sacaba gusano de las vacas haciendo una oración de lejos…
En fin, nuestra historia cultural y religiosa es bien colorida, además de que como todo ser humano nos inclinamos o tenemos una tendencia a querer tener una imagen de lo que adoramos, veneramos, respetamos o que nos gusta. ¿Qué tanto esto nos ha afectado en lo político? Creo que mucho.
Antes de la llegada de H. Chávez al poder, Venezuela estaba cruzando por una crisis económica que permitió que en el gobierno de Carlos Andrés Pérez las masas salieran a las calles en protestas por la dura crisis económica (que si la comparamos con la de ahora, no era nada) y desencadeno otra serie de eventos, tales como el salto de Chávez en la escena procurando un golpe de estado a Carlos Andrés Pérez, la destitución de Carlos Andrés Pérez al abrírsele un juicio por corrupción, la asignación de un presidente temporal por la Asamblea Nacional, y posterior elección de Rafael Caldera como presidente de la república, aunado con una admiración excesiva a los “rebeldes que salieron de los cuarteles a salvarnos”. Todo esto con una creciente crisis económica que se le escapaba de las manos a los administradores de un país mono productor que tenía que importar más del 80% de su cesta básica.
Todo esto aunado a una sociedad acostumbrada a que el gobierno le diera todo y a tenerlo todo, la cual sufría por no poder acceder a los productos de la cesta básica, la corrupción rampante, el clientelismo y pare de contar. En fin, el venezolano de la época estaba desesperado ante su propia situación económica y la inutilidad de los gobiernos de poner al país a producir. Este pueblo anhelaba un mesías, alguien a quien seguir y que lo sacara de la situación de desastre en que vivíamos. Anhelaba una militar en el poder, porque recordaba lo bien que al país le había ido cuando algunos militares estuvieron al mando. Sin mirar a los detalles, el pueblo venezolano idealizaba a este mesías. Y votamos y pusimos al militar en el poder, con un criterio basado en la fantasía y la poca inteligencia que caracteriza a las masas.
Nota: Lo interesante de leer sobre la historia de Venezuela para hablar en este articulo es que me enteré de que Caldera habría ganado su segundo periodo presidencial bajo un nuevo partido político creado por él llamado Convergencia, después de intentos fallidos de postularse otra vez a la presidencia a través de su partido de base COPEI. Convergencia era la alianza entre PCV (Partido Comunista de Venezuela), MAS (Movimiento al Socialismo) y MEP (Movimiento Electoral del Pueblo). Quiero recalcar que durante el primer periodo de gobierno de Caldera (1968) este se aparto de la doctrina de Rómulo Betancourt (llamado el Padre de la Democracia de Venezuela) quitando la prohibición que Venezuela tenia de hacer negocios o relaciones bilaterales con países no democráticos (Cuba) y legalizo el movimiento comunista que antes eran solo guerrilleros y les permitió crear partidos políticos en Venezuela. Durante su intervención en la Asamblea después del golpe de estado fallido a C. A. Perez, dijo una frase que se hizo famosa “el pueblo sabe que la democracia no les dará de comer” frase que lo ayudo a posicionarse en su segundo mandato. En su último periodo indultó a H. Chávez y a otros 22 militares que participaron en las dos intentonas de golpe de estado contra Pérez, e indicó que los cabecillas de la intentona, entre estos H. Chávez al cual excluyó de la posibilidad de reincorporar a la vida militar otra vez, dejándolo libres y sin afiliación con las fuerzas armadas, ayudándolos así a incorporarse en la vida política del país sin restricciones constitucionales. ¡Que regalito! Es que pareciera el complot del siglo. Fin de la nota.
Los años del “ta’barato, dame dos” (frase célebre de los venezolanos visitando Miami), los años de abundancia por una renta petrolera y una mala gestión aplacada con endeudamiento interno para que el venezolano siguiese creyendo que estábamos bien pero no era cierto; estas medidas populistas cambiaron la mentalidad de las masas, y “Papá Gobierno” se había creado, y los ciudadanos se convirtieron en niños inmaduros esperando que “Papa Gobierno” les diera todo. Así que el pueblo comenzó a ver en el gobierno a su cuidador y sustentador, olvidándose de su propia capacidad de producción y se olvidó que debía crecer y que los ciudadanos somos responsables de nuestro propio destino. Este patrón mental que se había formado en los ciudadanos les convenia a los presidentes que tuvimos y a los que hemos tenido hasta ahora.
Todo esto creó en la mente de las personas “apegos”, “lealtades”, “fidelidades” a quien le cuida y sostiene. Todavía recuerdo frases cómo “no puedes morder la mano de quien te da de comer” cuando opinaba que le debemos fidelidad a Dios y no a los hombres, cuando estos mensajes políticos se estaban metiendo en la vida personal de los cristianos venezolanos.
Cuando Chávez entró en la escena política, él ya sabía las debilidades de los ciudadanos, la esperanza que él representaba y sabía cómo manejarla, así que solo tenía que decir su libreto para que la gente se apasionara por él y votara. Así que al Chávez recibir la amnistía de Caldera este la capitalizó y se presentó así mismo como el salvador de la patria, el otro Bolívar y la gente sedienta de alguien a quien seguir fue presa fácil. Recuerdo manifestaciones donde las personas tenían la foto de Chávez en sus manos y lloraban de emoción ante la posibilidad de verlo.
Chávez supo usar la debilidad del pueblo de Venezuela, esos apegos a lo mágico-religioso, aunado con un carisma hipnotizante para aquellos que tenían la necesidad de “algo o alguien” que ocupara un lugar importante en sus corazones.
En estos últimos 20 años, he visto cosas que mi mente se negaba a creer lo que los ojos veían, vi en concentraciones políticas gente llorando por Chávez, vi gente poniendo las fotos de Chávez en sus casas, vi incluso figuras de Chávez que vendían en las tiendas de santería/brujería, vi su imagen siendo alumbrada y rezada (aun cuando estaba vivo) en negocios que tenían altares, vi personas con fotos de Jesucristo, Simón Bolívar y Chávez juntos como si fueran lo mismo. Vi a familias romperse y no hablarse porque uno de éstos pensaba que Chávez era infalible, justo y bueno mientras que el otro le decía que las cosas que estaban pasando en el país que eran injustas; vi pastores y sacerdotes usando el lugar sagrado donde se proclama a Dios para hablar de éste hombre como si fuera un dios. Vi a cristianos alinearse con Chávez por donativos para tener esto y aquello (alegando que era para el crecimiento de la obra), vi cristianos justificar acciones injustas del gobierno hacia otros. Vi cristianos que no se atrevían a poner una calcomanía de “Jesucristo te ama” en el carro, pero pusieron hasta los ojos de Chávez en sus carros.

Y me pregunto, ¿no es eso “idolatría”? Mucha gente esta acostumbrada a pensar que idolatría es solo hacer una imagen de esto o aquello y brindarle adoración, como hacían los antiguos en Egipto, quemarles incienso, presentar ofendas y esas cosas. Pero que pasa cuando piensas más profundamente, cuando te miras a ti mismo en la intimidad de tu corazón y tus pensamientos, y miras a quien ocupa el lugar más alto en tu corazón, ¿quién está sentado en el trono de tu vida? Te aseguro que no es Dios.
Idolatría es poner a cualquier cosa o persona en primer lugar en nuestras vidas, por encima de todo y todos. Así que, en este punto, que podrías responder a la pregunta, ¿quién ocupa el primer lugar en tu vida? Y nuestros ciudadanos pusieron a Chávez en un lugar que le corresponde a Dios, el centro de sus corazones.
“Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre. “No tendrás otros dioses delante de mí. “No te harás ningún ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. “No los adorarás ni los servirás; porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre la tercera y la cuarta generación de los que me aborrecen, pero que muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. Deuteronomio 5: 6-10
Es realmente catastrófico para una sociedad cuando el gobernante se convierte en el guía espiritual del pueblo, y se le vende al pueblo la idea de que el individuo es infalible, todo proveedor, todo poderoso (expresión que generalmente va acompañado de actos de injusticia donde despliega su poder y nadie puede detener su mano porque todos los poderes del gobierno están plegados al lider) aunado con apariciones con líderes religiosos, al principio católicos y despue lo vimos acercarse a los grupos cristianos evangélicos, aunado a un despliegue de figuras religiosas durante las interlocuciones políticas, y la cosa no paraba ahí, la incorporación de brujería y hechicería, tendencias abominables por Dios. Y la gente estaba hipnotizada que no podía ver al manipulación político-religiosa a la cual estaba siendo sometida.
Yo soy Jehová. Ese es mi nombre; y a ningún otro daré yo mi propia gloria, ni mi alabanza a imágenes esculpidas”. (Isaías 42:8.)
Han pasado un poco más nueve meses (Sepiembre 2019), después de la aparición de Guaidó en escena, vimos una ola de euforia en las redes sociales por éste nuevo líder, se han hecho muchisimas marchas y manifestaciones, nuestro pais ha estado hasta hoy en todos los periódicos del mundo manchado de noticias desalentadoras. Hoy por hoy tenemos de nuevo la incertidumbre de que no sabemos que va a pasar, mientras el mundo ve como los venezolanos seguimos migrando a otros países por la desesperanza de una crisis a la que no le vemos solución. Muchos pensaran “otro que se vendió”, “otro que nos engañó”, “otro que no pudo hacer nada”. Y el ídolo se nos cayó del altar y estamos apesadumbrados con lo que está pasando.
Creo que estamos llegando a un punto donde el venezolano va a tener que darse cuenta de que nuestra esperanza NO PUEDE estar puesta en el hombre, que debemos voltear nuestro rostro al Creador, al Dios Único, a Jehová de los Ejércitos, si queremos salvarnos o ser rescatados de este horrendo capitulo de nuestra historia contemporánea. No solo para soportar este “tiempo de oscuridad” que ha venido sobre nuestra nación, manteniendo VIVA LA ESPERANZA en nuestros corazones, puesta ésta en un Dios Todo Poderoso e infalible, para VENCER LA DESESPERACIÓN Y LA LOCURA que nos asecha día a día ante una situación que podría volverse más oscura antes que la luz del amanecer llegue.
La FE en el Dios verdadero, nos ayudaría a tener FUERZA y daría ANIMO para la lucha que podría venir para liberarnos de los malos. Y por último la GUIA de DIOS y SU PALABRA nos ayudaría a reconstruir una sociedad que ha sido destruida desde sus cimientos, trayendo de vuelta los VALORES y COMPORTAMIENTO necesario para ser los ciudadanos que Dios planeo para Venezuela.
“Hubiese yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí espera a Jehová” Salmos 27:13-14
Te invito a una decisión consiente e intelectual de decidir por Dios, por Su Palabra y poner TU esperanza en el Dios que todo lo puede.
Haga una decisión consiente de cambiar sus paradigmas mentales de apegos a estos personajes y su fascinación. Sustituyalos por una FE y ESPERANZA en Dios, decida de manera consciente a renunciar a estos amores por cualquier hombre o mujer del mundo de la política, en el pasado o en el presente, y diga con su boca “Renuncio a mi apego y esperanza a está persona(s) (nómbrelo), y decido poner mi mirada y esperanza en el único Dios verdadero”. Este es el paso uno.
Busque llenar su mente de la Palabra de Dios, lea el libro de los Salmos en la Biblia. Y nutra su mente de ideas nuevas de ESPERANZA, VIDA, SALUD y FORTALEZA en Dios. Su mente llena de esta nueva información comenzará a guiar sus pasos.
Sigue adelante, no te detengas. “Jehová es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; de quien he de atemorizarme?
Con afecto,
Karina Gift