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El Perdon como Instrumento de Liberación

“Errar es de humanos, perdonar es divino”, crecimos escuchando esta frase, que nos indica que perdonar es un acto tan difícil que humanamente no se puede que está reservado para seres que están en un nivel espiritual más alto. Esta enseñanza es errónea, y te pido que abras tu mente a pensar que este acto “divino” es necesario en nuestra vida diaria para gozar de salud mental y liberarnos espiritualmente de las consecuencias del no perdon.

Me gustaría que te imaginaras una casa con muchas luces, muy iluminada y hermosa y que cada vez que no perdonas a alguien cada una de esas luces se va apagando y cuando te das cuenta la casa está a oscuras, en tinieblas. Ahora piensa que esa casa eres tú. Y sin esa luz, tu alma (mente) y tu corazón (emociones) se consumen en amargura, depresión, ira y resentimientos.

El perdón es necesario para desatarnos o desligarnos de las emociones negativas que viven en el corazón y en la mente de las personas que no perdonan o que necesitan ser perdonadas. Estas emociones negativas son ira, odio, resentimiento, angustia entre otras, e incluso en muchos casos es reflejada en el cuerpo través de enfermedades. Si tienes algunos de estos sentimientos, tal vez necesites revisarte ya que puedes tener alguna raíz de amargura a consecuencia del no perdón.

El perdón es necesario para poder ser libres y tener “vida”, ya que al no dar o recibir perdón somos esclavos de estos sentimientos negativos; estos sentimientos gobiernan nuestras vidas dejándote preso o sujeto a esos sentimientos. La falta de perdón puede generar enfermedades físicas, como mencione anteriormente y también puede llevarte a la depresión la cual tienen como consecuencia la muerte. Como mi mami me decía – “depresión es muerte, ten cuidado”.

“El Perdon libera el alma del hombre”

La llave para abrir la puerta de la Felicidad es el perdon, así que perdona a todo aquel que te haya hecho algo malo, aunque lo que te haya hecho sea horrible. El perdón va de la mano de la compasión, y no solo de la compasión por otros sino por ti mismo (a) ya que tú necesitas ser libre.

Quiero dejar claro que PERDONAR no significa dar un INDULTO, para quienes no manejan el lenguaje legislativo “indulto” habla sobre perdonar la pena (consecuencias). Lo cual significa que puedes perdonar a la persona y al mismo tiempo dejar que todo el peso de la ley caiga sobre esta, así que no tienes que quitar los cargos en su contra y puedes buscar justicia hasta llevar a tu ofensor a la cárcel de ser necesario; aunque perdonándolo, tu seras libre. El perdón te libera a ti, sin el tú estarás en una cárcel emocional por el resto de tu vida.

Tu puedes perdonar a cualquier persona que te haya hecho daño. El perdonar te libera a ti. Quiero que sepas también que quien te ofendió no debe estar presente cuando lo perdones, ni tampoco necesitas que el/ella te diga “si acepto tu perdón, gracias”, ya que eso tal vez nunca vaya a pasar y además no es necesario. La acción de perdonar trae mas bienestar emocional y espiritual a quien ofrece el perdón que a quien lo recibe. Recuerda esto.

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El perdonar es un proceso que te permite empoderarte, por lo tanto, liberarte de cualquier carga o rencor que te mantiene abajo con el peso de las emociones negativas. El PERDON, te hace a ti mismo, en lugar de alguien más, el responsable de tu pasado, el perdón te libera. No tienes que vivir en el pasado, no tienes que cargar en tu alma y en tu corazón el peso del rencor hacia alguna persona que te hizo algo, no tienes que ser mas esclavo, tu eres responsable de tu pasado y puedes decidir que tanto eso te va a afectar o no.

El personar te libera de las influencias negativas del resentimiento, el rechazo y las lamentaciones, que envenenan el alma. Los sentimientos negativos generan pensamientos negativos que al tiempo moldean nuestro patron de pensamientos, estos nuevos pensamientos crean una nueva estructura mental (marco mental) la cual va a gobernar la manera en que tomas tus decisiones, ya sea consciente o inconscientemente, esto se traduce en tus acciones.

Una persona herida, generalmente hiere a otras personas. Perdonando quiebras este ciclo. “La gente lastimada, lastima a la gente”, rompe el ciclo.

En mi vida he experimentado cuatro tipos de perdón, el perdón de Dios sobre mi vida, el perdonarme a mi misma, el perdonar a otros y el aceptar el perdón de otros. Todos estos nos liberan de ataduras mentales y emocionales que no nos dejan avanzar y nos roban la felicidad y la paz.

1) El perdón de Dios, bajo la luz de la palabra de Dios, todos hemos pecado, lo cual significa que todos nos hemos apartado de Dios y no estamos en comunión con El, así que todos somos pecadores. Para obtener el perdón de Dios debemos reconocer que lo hemos ofendido a consecuencia de nuestra lejanía espiritual, mental, emocional o física y reconocer que nuestras obras no están de acuerdo a sus principios. Pedimos perdón a través de Jesucristo, su Hijo, que murió en la cruz y derramo su sangre para el perdón de nuestros pecados. En oración se pide perdón a Dios; este acto es una decisión, aunque puede estar lleno de emociones dependiendo que tanto estemos alejados de Sus caminos y del estilo de vida que tengamos; así mismo que tan heridos estemos.. Después de esto se debe ejercitar la “voluntad” para vivir de acuerdo a Su palabra. Esto se llama “el segundo nacimiento” porque la persona tiene la oportunidad de comenzar una nueva vida. En otro momento explicare sobre esto.

2) El perdonarse a uno mismo, este es el perdón que cada uno necesita cuando nos hemos defraudado a nosotros mismos, a nuestros principios, valores o a cualquier cosa que tu pienses que es honorable y de gran estima para ti, el cual tu mismo has violentado. Este perdón es muy importante, ya que nosotros somos humanos y nos equivocamos, tomamos malas decisiones, erramos, nos airamos y hacemos mal contra nosotros mismos u otros. Para ejercitar este perdón debemos tener compasión hacia nosotros mismos y darnos la oportunidad de perdonarnos, restaurarnos, levantarnos y seguir adelante. Sin perdonarte tus errores no avanzas, no te das la oportunidad de rectificar. El perdón comienza contigo, perdónate.

3) El perdonar a otros, muchos hemos experimentado en nuestras vidas el dolor causado por otros, hemos sufrido violencia, abusos físicos o verbales; hay personas que nos han robado cosas materiales, parejas y hasta la paz, han hecho cosas indescriptibles que merecen la cárcel o la pena de muerte por todo el daño hecho a nosotros, a nuestra familia o amigos, e incluso a nuestra nación, al colectivo. Los sentimientos generados por el daño ocasionado por otros pueden hacerse tan profundos que tocan nuestras almas y nos consumimos en rencor y en ira, nos hace sentir rechazados, abusados y minimizados, nuestros sentimientos hacia estas personas e instituciones pueden desatar emociones tan violentas como el odio, la ira, la maledicencia, el enojo, etc. Para liberarnos, debemos perdonar a estas personas, instituciones, gobernantes o enemigos, no por hacerles el favor a ellos, sino para liberarnos a nosotros mismos de la amargura y la depresión que nos envolvería al no perdonar. Hay que ejercitar el perdón hacia estos que nos han hecho daño de lo contrarion nos hundiriamos en la desesperación, la depression y la muerte (nos morimos por dentro).

4) Aceptar el perdón de otros o de Dios, no hay nada que hayas hecho que Dios no pueda perdonarte, así que acepta Su perdón, Él dice, si tus pecados fueren como rojos como el carmesí o negros como la grana, Yo los volveré blancos como blanca lana, y no me acordare de ellos jamás. Así que después que hayas pedido perdón a Dios por tus pecados o errores acepta Su perdón y no andes recordándole a Dios lo malo (a) que has sido, aceptar el perdon es un acto de fe. De igual manera, si tú has ofendido a alguien, ve acércate a aquel a quien tu hayas ofendido y ofrece disculpas o pide perdón, esto te va a ayudar en dos cosas – a tener coraje y a reconocer que has fallado, se humilde y pide perdón-. Si la persona te perdona, acepta el perdón, no te culpes por lo que hiciste o degastes de hacer, no te sigas torturando, acepta la liberación. Si esa persona no te perdona, quiero que sepas que ya tu eres libre, el que no perdona es quien llevara la carga, ora por ellos.

Como Perdonar?.

Mucha gente pregunta – ¿cómo perdono? En mi propia experiencia te diría, ve a un lugar privado y repite en voz alta “Fulanito, te perdono porque me hiciste esto y aquellos, me libero de todo sentimiento de odio, ira, rencor que he experimentado hacía ti, y me declaro libre de todo rencor y enojo”. La persona no tiene que estar ahí. A mí me ha servido. Pero como hay gente que le gusta las cosas más estructuradas, aquí te voy a dar unos pasos.

Paso 1: Ve a un lugar privado. Piensa por NO MAS de 2 minutos lo que esta persona te hizo o dijo en tu contra. Imagínate la dolorosa situación que viviste muy brevemente. Esto trae los sentimientos a flor de piel, las razones por la cual estas molesto, frustrado, enojado, etc., con esa persona o institución.

Paso 2: Date la oportunidad de sentir el enojo y el dolor, te puedes volver algo emocional en este momento, tu eres el único que sabe la intensidad de tu dolor, así que puedes aflorar tus emociones, NO MAS de 2 minutos.

Paso 3: Imagínate que tienes la persona en frente de ti – “Fulanito, te perdono todo (puedes nombrar las ofensas) lo que me hiciste, los que dejaste de hacer, el daño que me hiciste; me libero y renuncio a todo este dolor y pesar que sentí. Soy libre”

Como comprenderás ahora, el perdón es una decisión. Tal vez no sientas nada extraordinario después que perdones a la persona, tal vez sientas que un gran peso se quita de tus hombros, tal vez no sientas nada, pero lo que, si es seguro, es que eres libre. Y poco a poco experimentaras cambios en tus patrones de conducta. Esas emociones negativas comenzaran a abandonarte casi sin darte cuenta, pudieses incluso estar al lado de la persona y no vas a sentir la ebullición de sentimientos negativos, porque ellos ya no te controlan. No es magia, es perdonar.

¿Que puedes perdonar con los tres pasos dados arriba? ¡TODO!, desde la persona que asesinó a tu familia, el que te violo sexualmente, el que te secuestro o secuestro a tus seres queridos, a los padres abusivos física y psicológicamente, al amigo que te defraudo, al compañero de trabajo que te puso en mal con el jefe, a aquel que te puso la piedra para que te botaran del trabajo, el novio que después de acostarte con el se lo dijo a toda la cuadra, a la novia que te dejo plantado en el altar, a tu pareja de años que te dijo que no se quería casar contigo, a los que se burlaban de ti en el colegio, a los que te ignoraron todo el tiempo, a tu pareja o esposo que te dejo por otra persona o cometió adulterio… pudiese seguir nombrando las cosas y situaciones que te han herido a lo largo de tu vida. Si se puede perdonar.

Elige perdonar a cada una de esas personas que te han ofendido y no le pongas limite al perdón; los discípulos de Jesús le preguntaron “¿Cuantas veces debo perdonar a mi hermano que peca contra mí?, ¿hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” (Mateo 18:21-22)

Como perdonar a las personas que están en nuestro circulo más intimo

A pesar de que toda ofensa se puede perdonar en ausencia del agresor, hay instancias donde hay que enfrentar a quien ofende y procurar la restitución de la relación, este pudiese ser el caso de hermanos, miembros de grupos/comunidades religiosas o seculares, familiares, pareja y amigos. Este es otro nivel, a veces un poco más difícil y necesita de tu valentía y sobre todo compasión por la otra persona y por la relación que los une. Si, hay que sentir compasión.

Este tipo de perdón involucra enfrentar a quien te ofendió. Pero también se busca que el que ofendió rectifique y cambie. Si tu “hermano/amigo/pareja” te hace algo malo, habla con el a solas y hazle reconocer su falta. Si te hace caso, te has ganado a tu hermano. Sino te hace caso (porque puede pasar) llama a una o dos personas más (o sea la cosa se pone seria), para que toda acusación se base en el testimonio de los testigos y puedan ayudar en la conversación. Y si aun así no te hace caso, trae a esta persona a una reunión con la comunidad a donde pertenecen, ya sea la familia, la escuela, la iglesia, y si aun con la participación de la comunidad a la cual pertenecen, la persona insiste en la ofensa y no se arrepiente de lo malo que ha hecho, bueno ahí no hay nada más que hacer, dejalo en manos de Dios. Este proceso de reconciliación/perdón está basado en Mateo 18:15-17.

Este perdon va más allá de tu propio bienestar, es cuando tu amor por esta otra persona te habilita para hacer una serie de acciones para que el otro (quien ofende) pueda rectificar su camino y ser perdonado, para esto necesitas AMOR y COMPASION, así como un interés genuino en restablecer la relación.

Hay que tener compasión incluso por aquellos que nos ofenden, las personas heridas generalmente hieren a otras persona. Seria bueno preguntarte  – ¿Cómo ha sido la vida de esta persona que tiene que hablarme o tratarme de esta manera?, y en ese momento tal vez te des cuenta que quien te ofende no es mas que alguien que fue herido y nunca perdono, y lamentablemente anda caminando esta vida haciendo daño a los demás.

Perdonar es la clave para una vida en libertad, aduéñate de esta herramienta para liberarte de toda esa carga que no te deja avanzar en la vida, decide siempre perdonar.

Las Reglas del Perdón:

1. Perdonar no es dar “indulto”.

2. Perdonar te libera a ti.

3. Quien te ofendió no necesita estar presente para que lo perdones.

4. Si, tu puedes perdonar todo el mal que te han hecho, lo cual no significa que el que te hizo el daño quede sin castigo ante la ley.

5. No necesitas que la persona que te ofendió te diga “si, te perdono” para que tu seas libre.

6. Perdónate a ti mismo.

7. Si la persona que te ofendió pertenece a tu circulo mas intimo y quieres la reconciliación, tienes que enfrentarlo y hacer que reconozca que te ofendió y que que para continuar en la relacion debe haber arrepentimiento genuino y cambio.

Dios les bendiga!

Karina Gift

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